LA BRITISH PETROLEUM VENDE SUS ACCIONES DE YPF
LLa puesta en venta en la Bolsa de Wall Street de 6,17% de YPF, ccon la posibilidad de ampliarse al 7,1%, realizada por la British PPetroleum a través de su empresa subordinada REPSOL es el rresultado de la difícil situación financiera en que se encuentra después de los desastres de sus plataformas en el golfo de Mexico, motivo por el cual se encuentra liquidando patrimonio en todo el mundo para obtener el capital que le impida ir a la quiebra.
La invención de REPSOL, fue una estrategia establecida por el Foreign Office británico, y acordada con el agente del Council on Foreign Relations de Nueva York, Domingo Cavallo, firmada el 15 de febrero de 1990 conjuntamente con el Tratado de Paz de las Islas Malvinas (Tratado de Madrid), actuando como el canciller del gobierno argentino presidido por Carlos Menem.
La invención de Repsol, fue necesaria para disimular que ese tratado incluyó la entrega de toda nuestra minería a los agresores británicos, conviniendo que las explotaría a través de empresas españolas e integrantes del Commonwealth, tales como Canadá, Australia, Nueva Zelandia, Sudáfrica, India y otras.
Inmediatamente después, Cavallo es designado Ministro de Economía de ese mismo gobierno, y para dar forma a tal tratado secreto, firma el Tratado de Garantía de las Inversiones Extranjeras (Tratado de Londres) el 11 de diciembre de 1990, que fuera ratificado posteriormente por la ley Nº 24.184. La Cámara de Diputados precedió a votar esa ratificación el 3 de septiembre de 1992, sin estudio ni debate, y en una sesión que en el diario de sesiones respectivo contabiliza ocho renglones.
En ese mismo trato se convino la partición de la responsabilidad sobre la explotación minera en manos de los distintos gobernadores provinciales, propuesta que se consolida con la reforma constitucional de 1994, gracias al Pacto de Olivos firmado por Menem y Alfonsín, todos recursos para permitir a los intereses británicos saquear nuestros minerales con mayor facilidad.
Pero en el año 2011 las circunstancias internacionales son muy distintas que en 1990. El colapso financiero ha deteriorado el Poder Global del dinero, y ya no puede sostener a economías ficticias como la de España, designada como el testaferro europeo, y en especial de Inglaterra, para disimular el saqueo en América Latina, y especialmente en nuestro país.
Conjuntamente con el deterioro de la economía británica, la necesidad de mantener la ficción de que Repsol es una empresa petrolera diferente, o que los bancos españoles son otra cosa que filiales de bancos británicos o que Iberia era otra cosa que una testaferro de la British Airways, enviada a robar Aerolíneas Argentinas, se desmoronan por los pasos que la crisis obliga, pues Iberia terminó siendo absorbida por la British hasta tal punto que sólo dejó en poder de Iberia el 10% de sus acciones, Repsol hace lo que la BP necesita y los bancos españoles son salvados por los británicos.
Lo mismo sucede con Telefónica que al parecer es del banco Citi, y esta ficción empresarial seguramente alcanza a la totalidad de las inversiones con cara española en toda América Latina del saqueo británico. Pero después del colapso del 2008 la ficción de que España es un país económicamente importante no puede sostenerse.
La crisis de la economía británica hizo que este país recogiera el barrilete de sus inversiones fuera de su país, con lo cual quedó en evidencia que la prosperidad española, (la de un país que no fabrica casi nada) se debió sólo a tres causas fundamentales: el destino de su territorio para las inversiones inmobiliarias en sus soleadas costas, que en gran medida son una forma de lavado de dinero por parte del capital sobrante de toda Europa occidental y que colapsó con el desastre hipotecario, el rol de testaferro del capital británico en nuestro país y en algunos otros de América Latina, una ficción que no podrá sostenerse, y la depredación de la pesca en nuestros mares, cosa que hace siguen haciendo por cuenta propia, y cuya continuidad depende de nuestras decisiones soberanas.
La precariedad de la economía española es de una profundidad tal que, si el flujo de dinero y bienes procedente de nuestro país se detuviera, si se tomara la decisión política de cortar la sangría económica que nos provoca nuestro enemigo británico y sus socios de Europa y del Commonwealth, es probable que la economía española colapsara, arrastrando a otros países europeos, y en especial al Reino Unido.
Esto coloca a nuestro país en una situación inversa a la de los 90, donde se sometió al saqueo más brutal del que se tenga historia. Ahora el destino de los países enriquecidos depende, en gran medida de las decisiones políticas que tomen los países antes acorralados y designados como “Tercer Mundo”. El cambio en marcha en los países árabes, y el desastre japonés van en esa dirección.
Este es el momento de apurar el camino hacia la liberación definitiva, rompiendo lazos con los que nos saquearon durante siglos.
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